JAUME VENTURA, en su trabajo de fin de máster nos habla de las etapas formativas en el portero:
5- LA FORMACIÓN DEL PORTERO
5.1. La escuela de fútbol
Entendemos por escuela de fútbol el período de iniciación a la práctica del fútbol, que muchas veces se convierte en un curso de iniciación deportiva, donde se fomentan básicamente las capacidades motrices de coordinación y equilibrio, así como las habilidades y destrezas. Este período abarca de los 5 a los 9 años y corresponde a las categorías pre benjamín y benjamín.
En la escuela de fútbol cuesta mucho encontrar chavales que quieran jugar en la posición de portero, todos quieren meter goles. A los 6-7-8 años es difícil ser portero porque a menudo sus compañeros lo culpabilizan por encajar los goles, y por desgracia hasta se se ríen de él por este tema. Por todo esto, es comprensible que a las madres y padres no suela gustarles que su hijo empiece jugando de portero. Al contrario, cuando un niño, a esta edad, quiere empezar siéndolo suele ser por dos motivos: su padre o ha jugado antes en esa posición o porque piensa en que no tiene habilidad para ser jugador . Por todo lo expuesto podríamos pensar que el trabajo psicológico es vital para que un chaval empiece a formarse como portero a tan temprana edad, pero la experiencia dice que hasta los 9 años los chicos cambian muchas veces de parecer y de un día para otro quieren jugar de delantero.
La edad de inicio de los niños al fútbol en un club se sitúa entre los 6 y los 9 años (aunque ya empiezan a venir con 4 y 5 años), y el máximo rendimiento se suele conseguir en la etapa sénior, a partir de los 19-20 años, aunque puede darse el caso de condiciones excepcionales que permiten a los porteros debutar más jóvenes en primera división. También en el caso del portero se suele retrasar el máximo rendimiento, por el papel importante que juega la experiencia. El proceso de entrenamiento dura, pues, una media de entre 10 y 15 años hasta llegar al alto rendimiento o a la culminación de la etapa sénior. Las características de entrenamiento de las capacidades más relevantes en los porteros según la edad se desarrollan a continuación.
Dentro de cada categoría se dividen los contenidos de entrenamiento en 5 áreas: física, técnica, táctica, psicológica y también teórica. Cada ciclo tiene unos objetivos generales que nos llevan a unos objetivos específicos, que pueden ir evolucionando según las características de nuestros jugadores. Después se trabajarán los contenidos mediante ciertas tareas de entrenamiento o enseñanza-aprendizaje.
En esta etapa que sería la de Pre-Benjamín y Benjamín, se juega en campos de F-7. Etapa donde los chicos empiezan a jugar a fútbol regularmente y tienen el primer contacto con el entrenamiento y la competición. En esta etapa, y en las estructuras de entrenamiento, pienso que todos los alumnos de la escuela deberían hacer de portero alguna vez y los porteros de jugador. De esta forma, el conocimiento total del juego será más amplio y podemos hacer descubrir esta posición a todos los chicos. En muchos casos, el chico nunca se ha planteado jugar de portero, esta puede ser una buena manera para que le cojan interés o el entrenador pueda descubrir sus cualidades.
De igual manera a los porteros hay que hacerles jugar de jugador, ya que es muy importante el dominio del balón en el juego ofensivo y también para que tengan una mejor comprensión de la técnica y de la táctica de juego. El entrenamiento específico del portero no ha de ser muy importante, pero dedicarle cierto tiempo puede ser muy beneficioso si se hace bien.
Objetivos generales del ciclo:
- Mejorar la calidad y cantidad de acciones específicas propias de la posición de portero.
- Mejorar la participación en el juego ofensivo y defensivo del equipo.
- Dotar al jugador de una amplia base motriz.
- Fomentar interés y motivación por la práctica del fútbol en tiempo de ocio para satisfacer sus necesidades lúdicas.
Objetivos específicos del ciclo:
Mediante una metodología lúdica y mientras pulen su esquema corporal pueden perfeccionar la ejecución de los gestos tipo y acciones específicas, a través de:
– Desplazamientos: carreras, transportes, cuadripedias, luchas, etc.
– Saltos: adelante, atrás, con uno o dos pies,…
– Giros: en todos los ejes y planos.
– Lanzamientos y recepciones de cualquier móvil (principalmente balón).
Además convendrá trabajar aspectos más específicos del fútbol como: fintas, cambios de ritmo y dirección, golpeos, conducciones, marcajes y desmarques, tiros, etc.
5.2. Objetivos y contenidos a desarrollar en el fútbol base.
Entendemos por fútbol base la etapa en que se empieza a jugar a fútbol-7 con los prebenjamines, benjamines y alevines. Posteriormente se juega a fútbol-11, en campo grande y porterías grandes, a partir de los 13 años, en categoría infantil, hasta los 18 en categoría juvenil.
Iniciación (Alevín 10-12 años)
Actualmente se juega en campos de fútbol-7, lo que permite que los jugadores intervengan muchas veces en partido y las medidas del terreno de juego son más acordes a su desarrollo físico, así como las menores dimensiones de las porterías. En esta etapa debería darse el inicio de la especialización del portero de fútbol. El niño empieza a sentir interés por la competición. El objetivo general de etapa consiste en desarrollar y perfeccionar las habilidades y destrezas motrices básicas, así como aprender los fundamentos técnicos, tácticos y reglamentarios del portero de fútbol. Los aspectos tácticos tienen un papel preponderante respecto a los técnicos. Ese trabajo táctico se fundamentará en la correcta toma de decisiones ante las variadas situaciones de juego que le presentamos al portero. El trabajo técnico se basará en la correcta elección del gesto técnico a utilizar para resolver con eficacia esa situación, sin importar demasiado la correcta ejecución de ese gesto técnico. El trabajo físico se centrará en: Resistencia, aeróbica, trabajo prolongado y de baja intensidad; Fuerza, actividades dirigidas a todos los grandes grupos musculares; Velocidad, trabajaremos la de traslación y reacción con ejercicios que tengan estímulos externos no conocidos previamente.
Desarrollo (Infantil 13-14 años)
En esta etapa se sufre un considerable aumento de la talla. El esqueleto no tiene suficiente fuerza para mantener el nuevo cuerpo en movimiento durante cierto tiempo. Es la edad de los continuos cambios de ánimo y de actitud. Nos centraremos en dos puntos: desarrollar la condición física y la táctica individual del portero; buscar hábitos permanentes en la práctica de la posición específica del portero. La carga no debe interferir en el crecimiento. Al existir desproporción entre el crecimiento óseo y el de la masa muscular, la actividad física será compensatoria para evitar desequilibrios. No debemos someter a sobrecargas mantenidas durante largo tiempo, sino que dejaremos recuperar al organismo. Trabajaremos la velocidad de desplazamiento, con trayectos cortos, pocas repeticiones y mucha recuperación. En esta edad se nota una mejora de la velocidad debido a la potencia de la zancada.
Perfeccionamiento (Cadete 15-16 años)
En esta etapa empieza a ser importante el desarrollo de los aspectos técnicos del portero y acabaremos de pulir la capacidad táctica individual. Para trabajar la fuerza lo haremos con un carácter multifacético, dirigido a todos los grupos musculares; los recursos a utilizar serán el propio peso corporal, trabajando en parejas, con balones medicinales. El trabajo de resistencia es aeróbico, pero también anaeróbico, siempre aláctico. Practicaremos la velocidad de traslación de forma seriada y factores como la amplitud, la potencia y la frecuencia de zancada.
Alto Rendimiento (Juvenil 17-18 años)
En esta etapa tendrá gran importancia el trabajo técnico a desarrollar. Los entrenamientos, los ejercicios y las situaciones de juego diseñadas irán encaminadas hacia el perfeccionamiento del gesto técnico específico. En el aspecto táctico pasa a un primer plano el trabajo táctico grupal y colectivo. En cuanto al acondicionamiento físico se pasa de una preparación general o multifacética a formas de trabajo más específicas: la fuerza explosiva es la predominante por lo que planificaremos un trabajo de potenciación muscular (trabajo concéntrico con pesas y cinturones para trabajar excéntricamente los paquetes musculares, principalmente los exten-sores del miembro inferior y los antagonistas). Ejercitaremos también el tren superior, a fin de evitar desequilibrios musculares. En la Resistencia debe predominar el trabajo aeróbico, aun-que podemos ya incidir en el anaeróbico láctico, éste hecho en base a la velocidad-resistencia y ritmo-competición. En cuanto a la velocidad, incidiremos en la de traslación, la de reacción y la gestual, y deberíamos también trabajar la capacidad de aceleración.